jueves, 18 de noviembre de 2010

Las consecuencias de la desertizacion

Uno de los más graves problemas ambientales que se presenta en áreas rurales es la desertización, fenómeno de degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas derivado de los efectos negativos de actividades humanas. Las causas son el sobrecultivo, la utilización excesiva de las tierras para el pastoreo y la deforestación, que derivan en agotamiento y erosión del suelo. La productividad del suelo disminuye, se reduce la producción de alimentos, se le quita a la tierra su cobertura vegetal y todo ello impacta en forma negativa en áreas que no están afectadas directamente por estos síntomas, causando inundaciones, salinización del suelo, deterioro de la calidad del agua y obstrucción de ríos, corrientes y reservorios con sedimentos.
La búsqueda de máximos beneficios a corto plazo de la agricultura intensiva se ha convertido en la principal causa de degradación de los suelos y el agua y, por tanto, de los procesos de desertización. El elevado consumo de agua, la fuerte mecanización y la utilización de productos agroquímicos, constituyen los elementos característicos de la agricultura intensiva, cuyo incremento en los últimos tiempos, está propiciando un aumento de la presión y degradación de nuestros suelos.
Más del 30% de la superficie del Planeta lo constituyen áreas susceptibles a la desertización. En ellas viven en torno a mil millones de personas, que en menos de unas decadas será muy difícil alimentar a la creciente población. Los más perjudicados son los países de África, de algunas zonas de Asia del este y del sur, y de Sudamérica.

 La imagen de Argentina como granero del mundo y productora de cereales y carnes en abundancia no se ajusta a la realidad: la porción continental de la República Argentina posee una superficie de 2.700.000 km2, en la cual aproximadamente sólo el 25% corresponde a regiones húmedas y subhúmedas. El 75% restante (15 % de zonas semiáridas y 60% de zonas áridas) presenta riesgo de desertificación. Además, un tercio de la población del país (9,5 millones de personas) vive en zonas secas, y de éstas proviene alrededor de la mitad de la producción agropecuaria nacional.
Ya no se trata de una posibilidad: el 40% de la superficie continental del país se encuentra afectado por procesos que están degradando sus tierras.

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